Fundamentos de la elaboración de la cerveza - Vol. I

Venga, ahora que todavía me dura la motivación de haberme hecho blogger en 2019, vamos a escribir la primera entrada de este blog. Quería que fuese un post sobre algún estilo de cerveza en particular, pero he pensado que como quiero que esto sea un blog accesible para todos, la mejor forma para empezar a entender el mundo de las cervezas, es conocer su proceso de elaboración. Éste es, por tanto, un post muy básico, más pensado para personas con inquietud, que tenga curiosidad en saber cómo se elabora la bebida que les va matando neuronas a pares cada fin de semana, qué para alguien más entendido, que ya descubrió hace tiempo como mueren éstas últimas.

Otras de las intenciones que tengo, es razonar por qué, para una bebida con infinitas posibilidades, el hecho de beber diariamente Cruzcampo, regalándose una Coronita con limón cuando el Madrid llega a la final de la Champions, es todo un despropósito. Voy a comentar el proceso de manera superficial, sin entrar en cuestiones técnicas, de forma que pueda servir como un buen capítulo de introducción, para tener una base desde la que empezar a construir. Sin más preámbulos ni insultos gratuitos, lo suyo es comenzar por el principio: los ingredientes.

Los ingredientes

Empecemos pues, por lo fundamental. Lo primero que hay que decir de la cerveza, es que se elabora con sólo cuatro ingredientes: agua, malta, lúpulo y levadura. Por supuesto, existen cervezas a los que se le añaden más ingredientes, para aportar otros matices, pero en esencia, la mayoría de las que se elaboran con un poco de cariño sólo incluyen estos cuatro. La industria, por el contrario, si que añade otros productos (por lo general, químicos, estabilizantes y otras cosas) para acelerar el proceso de elaboración, mejorar su estabilidad y su durabilidad entre otros, pero todos restan calidad a la cerveza final.
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Cada ingrediente es un mundo en sí, del que existen multitud de variedades con el que elaborar infinitas cervezas. Lo que explica que esta bebida sea tan compleja. Las posibilidades de combinación de las diferentes variedades, como las diferentes maneras de ejecutar los pasos del proceso, hacen que dar con dos cervezas iguales, que sigan diferentes recetas, sea prácticamente imposible. 

Aunque de cada ingrediente se pueden sacar multitud de posts, vamos a presentar brevemente cada uno de ellos:
  • El agua: es, seguramente, el ingrediente más ignorado por parte del consumidor medio e incluso por parte de alguno que otro un poco más avanzando, aunque cualquier cervecero entiende de la crucial importancia de éste. Y no es para menos, ya que constituye sobre el 90% de la cerveza, es decir, ésta es esencialmente agua, y por tanto, gran parte de su sabor se la debe a ella. De hecho, antiguamente los cerveceros solo podían elaborar los estilos de cerveza que el agua de su zona les permitía, siendo para ellos imposible crear otros tipos de cerveza. No fue hasta 1900, que aprendieron a ajustar la composición química del agua, cuando pudieron obtener el tipo que más se adecuaba al estilo que quisiesen producir [1]. 
  • La malta: de cebada en este caso. En primer lugar, aclarar una duda común. La malta no es un cereal perse, si no que hace referencia a un grano al que se le ha sometido a un proceso de germinación, para un posterior secado (o tostado). Existen, por tanto, diferentes tipos de malta (de arroz, de centeno, etc.) todas se pueden usar en la elaboración de la cerveza, pero la malta de cebada es la única imprescindible, y la que siempre se usa, debido a la gran cantidad de azúcares que contiene. De cómo se realice el proceso de secado de la malta, dependerá el tipo que se obtenga. Desde unas maltas con un secado más húmedo y de mayor duración (maltas oscuras), hasta unas que sufrieron un proceso más rápido y seco (maltas claras), pasando por distintas combinaciones. Como habrás podido adivinar, el color de la cerveza se debe a las maltas que se hayan usado en la receta. Sin embargo, cabe destacar que en las cervezas negras no toda la malta utilizada es oscura, ya que estas pueden ser perjudiciales para la levadura, y solo hace falta un pequeño porcentaje para dar el sabor y el color deseado a una cerveza. Éste es también el ingrediente sobre el que menos control tienen los cerveceros. Ellos únicamente se dedican a comprar los diferentes tipos, existiendo malterías especializadas que elaboran cada una de ellas.
Fuente de la imagen, y si quieres conocer algo más sobre las maltas
  • El lúpulo: el ingrediente más Instagramer de todos, y el que se ha puesto de moda entre los cerveceros y la gente aficionada a esta bebida, apuesto a que tú también has escuchado eso de: ahora con 100% de lúpulo seleccionado (a saber que era lo que nos estábamos bebiendo antes). Curiosamente, es también el ingrediente más desconocido para el consumidor medio que no tiene ni idea de cerveza. Para presentarlo a grandes rasgos, diremos que es la flor de una planta, y que se encarga de dar el característico amargor de la cerveza, además de algunos gustos y aromas frutales, que hacen de algunas cervezas una maravilla (si no sabes de lo que hablo no te preocupes, las cervezas industriales, por descontado, no añaden estos aromas).
  • La levadura: Last, but not least. En el mundo de la elaboración, se dice que es la levadura la que realmente hace la cerveza, y no el cervecero, más adelante veremos por qué. Existen dos tipos: Ales y Lagers (es posible que estos dos nombres te suenen). De momento no comentaré mucho más, ya que es preferible que primero se entienda el proceso de elaboración. Sólo añadir, que también influyen ampliamente en el sabor final de una cerveza (y las cervezas belgas son un claro ejemplo de ello).

El proceso

Una vez conocidos los protagonistas de la historia. Estamos en disposición de explicar a grandes rasgos como se elabora cerveza. El proceso se divide en cuatro etapas: macerado, hervido, fermentación y envasado. Vamos a comentar cada uno de ellos brevemente, explicando cuál es la función principal en cada paso.

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Durante la primera etapa (la maceración), la malta (previo molido) es añadida a un recipiente con agua templada, sobre unos 40º C, para que a ella se traspasen los compuestos más importantes del grano, sus azúcares, que serán el alimento de la levadura. Cuando esto ocurre, se obtiene un líquido dulce llamado mosto, que pasa a ser filtrado posteriormente, para la eliminación de las cascaras.

El mosto es pasado entonces a un hervidor donde se le llevará a la segunda etapa, la ebullición. Ésta tiene varios objetivos. El primero es la esterilización del mosto, el segundo es conseguir extraer el amargor, los sabores y los aromas del lúpulo (ya que se añaden en esta etapa, cuando el mosto ya ha llegado a ebullición). Tiene otros objetivos, un poco más complejos de explicar [1], sobre los que ya iremos entrando en detalle. Cuando esta etapa ha finalizado, el mosto se enfría lo más rápidamente posible hasta los 20ºC. Este proceso de enfriamiento es clave que se haga con la mayor velocidad posible ya que hasta que no se consigue llegar hasta esas temperaturas, no se puede añadir la levadura, pero otras bacterias si que pueden contaminar el mosto.

Una vez la temperatura es la adecuada, se da paso al proceso de la fermentación. En éste, la levadura es añadida y, salvo un control de temperatura, poco más hay que hacer. Al ser un organismo vivo, la levadura se encarga ella solita de elaborar cerveza, ya que se empieza a alimentar de todos los azúcares del mosto, produciendo alcohol y CO2 en el proceso (sí, este es el motivo por el que la cerveza tiene tanto gas como alcohol). Es por esto que se dice eso de que el cervecero solo hace el mosto, y es la levadura quién realmente hace la cerveza. Existe una diferenciación muy clara e importante entre dos tipos de levaduras, las Ales y las Lagers. Las primeras, fermentan a temperaturas altas (unos 20º C) y el proceso suele durar unas dos semanas (es lo que más tarda, la maceración y la ebullición se hacen en un par de horas); las segundas fermentan a temperaturas más bajas (unos 7º C) y el proceso es un poco más lento (de 3 a 4 meses). La diferencia entre las Ales y las Lagers es una de las primeras clases que el que se quiere iniciar en este mundillo suele aprender. Trataré de hacer un post sobre ello en poco tiempo.

Por último, una vez la levadura ha terminado su trabajo, solo faltaría el proceso de envasado, ya sea en barril, lata o botella. Cada uno de ellos con sus peculiaridades. Y con esto, la cerveza se deja madurar alrededor de un mes, y ya estaría lista para ser consumida. Y nada más, en siguientes posts, me iré metiendo más en detalle sobre todo este proceso.

Pequeña reflexión gratuita

Todo lo que se ha comentado, ha sido a muy grandes rasgos. Se pueden entrar en muchísimos detalles para explicar entre otras cosas todos los tipos de agua que se usan en la cerveza, los tipos de malta, cereales, lúpulos y levaduras. Cada uno de ellos aporta matices al sabor total de una cerveza, además que las posibilidades de combinación son infinitas. Por si esto fuera poco, cada uno de los procesos descritos puede ser ejecutados de mil maneras, nuevamente, resaltando diferentes aspectos de la cerveza. Todo esto, en suma, hace que en cada cerveza se puedan apreciar diferentes sabores, convirtiendo cada una de ellas en una experiencia diferente.

Este es el motivo por el que considero qué, la costumbre de ser fiel a una única cerveza es todo un desperdicio. Además, el consumidor medio no sólo suele recurrir a una única marca de cerveza, sino que ésta además suele ser industrial, que son cervezas que, estando aceptables (porque malas, lo que es malas no están), son muy planas y siempre con los mismos rasgos. Si eres de los que está acostumbrado a beber Cruzcampo o Mahou, prueba una Estrella Galicia y dice: ¡Coño! Ésta si que esta buena. No te engañes, en comparación con cervezas artesanales de mayor calidad, saben todas a lo mismo. Si tienes curiosidad, prueba a hacer una cata con los ojos vendados, a ver cuántas industriales diferencias.

Pero oye, tampoco nos la vamos a dar aquí de sibaritas, cada uno es libre de beber lo que le dé la gana, y tiene todo el derecho del mundo a que la Cruzcampo sea su cerveza preferida. Todo el mundo es libre de desperdiciar el dinero en lo que más le apetezca. A fin de cuentas, a mí también me han explicado que Christopher Nolan sobre explica sus películas, y yo siego yendo y disfrutándolas como un enano.

¡Un saludo!

Referencias

[1]: Randy Mosher, Cómo catar cerveza, una guía definitiva del entendido sobre la mejor bebida del mundo, Omega, 1ª edición, 2009.

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